Con la llegada de la primavera son muchas las parejas que contraen matrimonio. Atrás queda un año (o más) de preparativos para un día que nos parece aún muy lejano pero que al final llega. Hoy toca hablar de bodas a la española.
Lo primero, decidirse si te vas a casar por el rito civil o el religioso. Por resumirlo en pocas palabras, el rito civil conlleva un par de visitas al ayuntamiento de la ciudad y al registro civil y el rito religioso es más pesado pues además de tener que ir a la iglesia donde te bautizaste, luego a la iglesia donde te quieres casar para pedir permiso, luego tienes que volver el día del otorgo y más tarde tendrás que volver antes de la boda a decorarla, confesarte y ensayar.
Después tienes que contratar el convite. Hay numerosas empresas que se dedican a celebraciones. Un consejo: asegúrate de que hay cantidad de comida, al final la gente se acuerda de las bodas por lo bien que ha comido.
Más tarde toca ir a por el vestido y complementos. El vestido lo tienes que elegir con unos seis meses de antelación porque tienen que confeccionarlo y tienes que hacerte unas tres pruebas antes de llevártelo a casa.
Bueno, hay mil preparativos más: elegir el ramo de novia, comprar los alfileres, los regalitos para los invitados (típico en España), la prueba del menú, peluquería, invitaciones, listas de invitados, despedida de soltera… Pero vamos ya a ese día tan especial.
Para la novia todo empieza súper temprano. Primero, la peluquería. Normalmente los peluqueros van a casa a peinarte, pero primero tienes que ir por la mañana para que la base del peinado se quede hecha. Luego una ducha y comida ligerita porque llegan los peluqueros a terminar de peinarte y maquillarte. Si tienes el fotógrafo no será puntual. Los fotógrafos siempre se quejan de que los peluqueros tardan mucho en terminar y los peluqueros siempre se quejan de lo nerviosos que son los fotógrafos. Bueno, ya una vez peinada, vestida y fotografiada, la novia se va a la iglesia, donde la espera el novio.
Una vez allí sales del coche y te encuentras a muchas caras conocidas, todas diciendo lo guapa que estás y te preguntan si estás nerviosa. No, ¡qué va! Estoy a punto de cambiar radicalmente de vida pero estoy como si me hubiera tomado una caja de tranquimacín… Entras a la iglesia, normalmente agarrada del brazo de tu padre, y te diriges al altar. Allí está el novio con su madre con cara de “al final te has salido con la tuya y me lo quitas…” y el cura con cara de “perdona, la boda era a las ocho y son casi las nueve”, pero bueno, la ceremonia se desarrolla con más o menos normalidad. Luego vienen las fotos, la firma de documentoslasalida de la iglesia.
Al salir de la iglesia ves a todos los invitados (los que se han dignado a ir a la iglesia, que hay algunos que sólo van al convite) esperándote para tirarte arroz. Desde hace unos años también está de moda tirar pétalos de rosa. Luego, más fotos y besos de todo el mundo.
Después casi todos los novios suelen ir a hacerse más fotos a algún sitio emblemático de la ciudad (Córdoba en mi caso) o a algunos jardines cercanos.
Una vez terminada la sesión de fotos los novios llegan al convite. Allí ya están todos los invitados, la mayoría ya está comiendo los entremeses, que normalmente se sirven de pie en un patio exterior o en los jardines del sitio elegido para la celebración. Los novios van saludando a todo el mundo y a todos los invitados les encanta cogerte la mano para ver la alianza. Más tarde pasas al salón donde se va a servir la comida. Algunas parejas eligen la zona exterior de una finca, que también está muy bonito, aunque te pasas el mes de antes rezando para que no llueva ese día. Un menú típico de boda en España consta de: entremeses (que ya nos hemos comido fuera del salón), entrante, que suele ser crema de bogavante en invierno y ajoblanco en verano, un primer plato, que suele ser pescado o marisco; un segundo plato, que es solomillo o algún tipo de carne excelente, postre y café. Durante el postre los novios suelen visitar las mesas y entregar a los invitados un recuerdo de la boda: un alfiler para las mujeres y un puro para los hombres. Desde hace algunos años también está de moda dar otro tipo de regalito, un detalle como una botellita de aceite, un espejito o bolígrafo con la fecha de la boda serigrafiada y los invitados le dan a los novios el regalo, que suele ser dinero.
Tras atiborrarte vas a la zona de baile. Los novios abren el baile con un vals o alguna canción lenta. Después todo el mundo a la barra libre, el lugar donde sirven las bebidas, y ¡a bailar! Los novios siguen hablando con unos y otros hasta que llega el fin de la fiesta. Cada uno a su casa y los novios a disfrutar de la noche de bodas…
Lo primero, decidirse si te vas a casar por el rito civil o el religioso. Por resumirlo en pocas palabras, el rito civil conlleva un par de visitas al ayuntamiento de la ciudad y al registro civil y el rito religioso es más pesado pues además de tener que ir a la iglesia donde te bautizaste, luego a la iglesia donde te quieres casar para pedir permiso, luego tienes que volver el día del otorgo y más tarde tendrás que volver antes de la boda a decorarla, confesarte y ensayar.
Después tienes que contratar el convite. Hay numerosas empresas que se dedican a celebraciones. Un consejo: asegúrate de que hay cantidad de comida, al final la gente se acuerda de las bodas por lo bien que ha comido.
Más tarde toca ir a por el vestido y complementos. El vestido lo tienes que elegir con unos seis meses de antelación porque tienen que confeccionarlo y tienes que hacerte unas tres pruebas antes de llevártelo a casa.
Bueno, hay mil preparativos más: elegir el ramo de novia, comprar los alfileres, los regalitos para los invitados (típico en España), la prueba del menú, peluquería, invitaciones, listas de invitados, despedida de soltera… Pero vamos ya a ese día tan especial.
Para la novia todo empieza súper temprano. Primero, la peluquería. Normalmente los peluqueros van a casa a peinarte, pero primero tienes que ir por la mañana para que la base del peinado se quede hecha. Luego una ducha y comida ligerita porque llegan los peluqueros a terminar de peinarte y maquillarte. Si tienes el fotógrafo no será puntual. Los fotógrafos siempre se quejan de que los peluqueros tardan mucho en terminar y los peluqueros siempre se quejan de lo nerviosos que son los fotógrafos. Bueno, ya una vez peinada, vestida y fotografiada, la novia se va a la iglesia, donde la espera el novio.
Una vez allí sales del coche y te encuentras a muchas caras conocidas, todas diciendo lo guapa que estás y te preguntan si estás nerviosa. No, ¡qué va! Estoy a punto de cambiar radicalmente de vida pero estoy como si me hubiera tomado una caja de tranquimacín… Entras a la iglesia, normalmente agarrada del brazo de tu padre, y te diriges al altar. Allí está el novio con su madre con cara de “al final te has salido con la tuya y me lo quitas…” y el cura con cara de “perdona, la boda era a las ocho y son casi las nueve”, pero bueno, la ceremonia se desarrolla con más o menos normalidad. Luego vienen las fotos, la firma de documentoslasalida de la iglesia.
Al salir de la iglesia ves a todos los invitados (los que se han dignado a ir a la iglesia, que hay algunos que sólo van al convite) esperándote para tirarte arroz. Desde hace unos años también está de moda tirar pétalos de rosa. Luego, más fotos y besos de todo el mundo.
Después casi todos los novios suelen ir a hacerse más fotos a algún sitio emblemático de la ciudad (Córdoba en mi caso) o a algunos jardines cercanos.
Una vez terminada la sesión de fotos los novios llegan al convite. Allí ya están todos los invitados, la mayoría ya está comiendo los entremeses, que normalmente se sirven de pie en un patio exterior o en los jardines del sitio elegido para la celebración. Los novios van saludando a todo el mundo y a todos los invitados les encanta cogerte la mano para ver la alianza. Más tarde pasas al salón donde se va a servir la comida. Algunas parejas eligen la zona exterior de una finca, que también está muy bonito, aunque te pasas el mes de antes rezando para que no llueva ese día. Un menú típico de boda en España consta de: entremeses (que ya nos hemos comido fuera del salón), entrante, que suele ser crema de bogavante en invierno y ajoblanco en verano, un primer plato, que suele ser pescado o marisco; un segundo plato, que es solomillo o algún tipo de carne excelente, postre y café. Durante el postre los novios suelen visitar las mesas y entregar a los invitados un recuerdo de la boda: un alfiler para las mujeres y un puro para los hombres. Desde hace algunos años también está de moda dar otro tipo de regalito, un detalle como una botellita de aceite, un espejito o bolígrafo con la fecha de la boda serigrafiada y los invitados le dan a los novios el regalo, que suele ser dinero.
Tras atiborrarte vas a la zona de baile. Los novios abren el baile con un vals o alguna canción lenta. Después todo el mundo a la barra libre, el lugar donde sirven las bebidas, y ¡a bailar! Los novios siguen hablando con unos y otros hasta que llega el fin de la fiesta. Cada uno a su casa y los novios a disfrutar de la noche de bodas…
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