Primeramente, ¡oh hijo! has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada.
Sea moderado tu sueño, que el que no madruga con el sol, no goza del día.
Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala.
Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra.
Sea moderado tu sueño, que el que no madruga con el sol, no goza del día.
Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala.
Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra.
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